jueves, septiembre 17, 2009

María de todos los Ángeles

En alguna época de la que es mejor no acordarse, cuando el poderoso Partido Revolucionario Institucional (PRI) mantenía bajo su poder la presidencia de la república, las cámaras, la mayoría de las gubernaturas del país, alcaldías y municipios, un hombre visionario e influyente, dueño de la televisora más importante de Iberoamérica, declaraba a los cuatro vientos que él era un “soldado del PRI”, y tuvo los arrestos para declarar alguna vez que “Yo hago televisión para los jodidos porque México es un país de jodidos”.

La declaración no necesita(ba) comprobación científica: basta(ba) con encender el televisor y apreciar el nivel de la programación de Televisa. Desde los insufribles programas matutinos donde se ventilan chismes e intimidades de las “estrellas” del canal de las estrellas, y se lleva a cabo un puntual y extenso resumen de las telenovelas, piedra angular del emporio, pasando por los programas de concursos donde el principal reto consiste en soportar los insultos y las burlas del conductor en turno, y la infaltable “Barra de Entretenimiento”, territorio que durante muchos años fue gobernado por humoristas blancos (Capulina, Chespirito, Alejandro Suárez, Manuel “El Loco” Valdés, Los Polivoces), y que actualmente, luego del relevo generacional en los mando superiores de la televisora, se ha instalado en una férrea pero efectiva y atrayente, dictadura del albur (Eugenio Derbez, Jorge Ortiz de Pinedo).

Si antes la televisión fungió como un emisor de estilos y esquemas de vida que pretendía hacer que la gente aspirara a convertirse en lo que miraba todas las noches (el hijo responsable que jamás abandona a su madre paralítica; la hija que de día es sirvienta en casa rica y que luego de quemarse las pestañas en la escuela nocturna se vuelve licenciada) ahora la televisión “expone” realidades que se ajustan al lema de su fallecido dueño: se reproducen usos y costumbres de la gente del pueblo, aquellos a quienes se les engloba bajo el término de “nacos” o “jodidos”. Si María Elena Velasco, La India María, demostró en los años ochenta que los indígenas eran negocio (según Wikipedia protagonizó 17 películas, taquilleras todas), en la actualidad es rentable hacer programas de “nacos”, en los que se reproducen su habla, sus atuendos, gustos y costumbres. “La hora pico” catapultó a la fama nacional a Consuelo Duval y a Lorena de la Garza por su interpretación de “Nacasia” y “Nacaranda” —nietas en línea directa de la Guayaba y la Tostada—, amigas de barriada que exponen con desparpajo su ignorancia y picardía en sus peripecias compartidas con personajes como “El Vitor”, conductor de “una micro”, o “Nacasio”, el cachapo.

En “María de Todos los Ángeles”, nueva producción de Televisa que se transmite los domingos por la noche, Mara Escalante, comediante promedio y artífice de “Doña Lucha”, estereotipo de la ama de casa mexicana, se juega todas sus cartas. El programa narra las desventuras de María de todos los Ángeles, una jovencita enamorada de Albertano Santacruz, hijo de Doña Lucha, galancete de barrio cuyo mayor logro en la vida es mantener y sedoso su largo cabello. Lo expuesto en el programa se nutre de la realidad. Los nacos únicamente hacen uso de las peseras, se divierten los domingos en Chapultepec y los museos les sacan ronchas. Además son abusados por los policías, quienes en el organigrama de la pobreza ocupan una posición más baja que la de los nacos simples o puros.

El habla se reproduce de acuerdo al estilo que algunos definen como chilango, consistente en hablar despacio, en un tono más bien bajo, apocado, y en alargar las vocales al término de cada frase, y por la inclusión de muletillas más bien estructuradas como en “Camine hacia lo que es el Eje Central, y en lo que es Bellas Artes, súbase en lo que es una micro”, o “Aquí le manejamos lo que es la computación”.

En el sitio oficial de María de todos los Ángeles, la mayoría de los visitantes han comentado que el programa "es de lo mejor que ha hecho Televisa", que "ojalá lo pasen entre semana" o que "los domingos ya están completos gracias a la emisión". En todos los casos los comentarios están escritos con faltas de ortografía. En un país donde el grado de estudios no rebasa el primer año de secundaria no sorprende que los gobernantes se atrevan a proponer un aumento en todos los impuestos para captar más dinero y cubrir las torpezas de quienes administran la nación, cuando según los especialistas, en tiempo de crisis cualquier gobierno debe bajar los impuestos y aumentar su gasto. Si el tele-auditorio se regocija con la parodia que se hace de los nacos (lo que apuntala nuestro racismo soterrado), o encuentra su reflejo y luego entonces una disculpa o razón de ser validada por la televisión, de cualquier manera estamos perdidos.

Con el Zócalo lleno a reventar y la muchedumbre gritando vivas a los héroes que nos dieron patria, hasta el gobierno más ilegítimo, ineficiente y corrupto puede hallar la tranquilidad para continuar haciendo lo que mejor sabe: administrar el descontento. Mientras María de todos los Ángeles cumpla su misión dominguera, divertir y darle sentido al populacho, la liga puede seguir estirándose sin riesgo de ruptura.





Imagen tomada de: http://www2.esmas.com/entretenimiento/programastv/maria-de-todos-los-angeles/

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