miércoles, agosto 12, 2009

Capítulo final de "La inútil muerte de la Parkita y El Espectrito II".

La policía mexicana es buena cuando quiere, sobre todo al tratarse de delitos menores, donde se involucran asesinos de baja estofa, raterillos inofensivos o lascivos violadores. Ojalá se dieran casos de aprehensiones de truhanes de cuello blanco, defraudadores de la banca que dañan a miles de personas o a políticos que trafican influencias y se hacen ricos gracias al sudor de su fuero.
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..........Como en una novela policiaca, hemos atestiguado la suerte de dos mexicanos hermanos, enanos y luchadores —Parkita y Espectrito II— que tras una noche de copas, una noche loca, deciden seguir la juerga en Garibaldi donde beben alcohol adulterado por un sujeto de apellido Vázquez, son abordados por dos prostitutas, a un milimétrico paso del retiro —La Tía y La Gorda—, y los convencen, luego de unas cuantas copitas, de irse a un lugar más cómodo y confortable —el Hotel Moderno—, ubicado a unas cuadras de ahí y muy cerca de la Arena Coliseo. Una vez dentro de lastimero sitio, los cuatro entran a la habitación 52. Minutos después, las prostitutas salen, se despiden de las recepcionistas con la ya célebre “Los señores se quedan a descansar”, y salen a la calle, sin sospechar siquiera que los dos mini-luchadores están por fallecer debido a las gotas de Solutina que, según La Gorda, La Tía les administró.
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..........A la mañana siguiente empleados del hotel hallan los cuerpos sin vida de los hermanos Alejandro y Alberto Jiménez. La noticia causa revuelo mediático, en parte por la popularidad de la lucha libre en México, por la cierta fama que los chiquitines habían adquirido durante sus años en el pancracio y debido al morbo que despiertan los fallecimientos donde se convergen putas, hoteles de mala muerte y alcohol . La Tía, cuyo nombre verdadero es Estela González Calva es arrestada en su domicilio en la delegación Venustiano Carranza el 21 de julio. Fue aprehendida porque utilizaba el teléfono celular de uno de los luchadores para hacer llamadas personales. Doña Estela confiesa que estuvo con los luchadores y que compró unas gotas para los ojos, pero que ella no las mezcló en las cervezas. Pausa. La policía sigue sus pesquisas, indaga, confronta soplones, inspecciona las turbias aguas de la podredumbre y halla un hilo que conduce hasta el pueblo de Tezontepec, en Hidalgo, donde Ángeles Sánchez Rueda, La Gorda, es finalmente detenida. Confiesa que estuvo con los luchadores, y que La Tía, a sus espaldas, vertió las gotas mortales que enviaron del otro lado a los hermanos Jiménez.
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..........La Tía ya duerme en Santa Martha Acatitla, y en breve se reencontrará con La Gorda. Compartirán espacios con celebridades como Sara Aldrete, La Narcosatánica, Sandra Ávila Beltrán, La reina del Pacífico y Juana Barraza Samperio, La Mata-Viejitas, quien en sus años no tan mozos se dedicó a la lucha libre bajo el nombre de la Dama del Silencio. ¿Será que quiera vengar la muerte de sus colegas? Que se cuide La Tía: a sus más de sesenta años, Juanita Barraza podría liquidarla en los baños de la peni.
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..........Es una lástima no saber el nombre del policía a cargo de la investigación y responsable de la captura de ambas presuntas homicidas. Así tendríamos a los personajes completos de esta fabulosa tragicomedia mexicana.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

CADA VEZ ESCRIBES MEJOR MAESTRO!!!FELICIDADES Y ENHORABUENA POR ESTAR REGISTRANDO LA MEMORIA SENTIMENTAL DE NUESTROS TIEMPOS!!!LARGA VIDA A VUESTRA PROSA!!!
PURA PIEL...