martes, junio 23, 2009

Juanito 2009

Si algo debemos a las costosas campañas electorales es que nos permiten conocer a personalidades del show político, que en otros contextos pasarían desapercibidas. Es el caso de Juanito, candidato del Partido del Trabajo (PT) por la delegación Iztapalapa. Su efímera fama se debe a que hace unos días, López Obrador encontró el mecanismo para hacer que Clara Brugada, candidata del PRD por la misma delegación, aspire al triunfo luego de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) le quitara la candidatura por irregularidades cometidas durante la votación interna del PRD para elegir candidato. El Peje, cobijado por una asamblea que aprobó su propuesta cuasi salomónica —y de la que ignoramos el número de miembros—, pidió a la gente de Iztapalapa que no voten por Clara Brugada (ocurre que las boletas para la elección del 5 de julio ya se han impreso), porque si lo hacen la ganadora será Silvia Oliva, la impugnadora. En vez de votar por el PRD ha sugerido que lo hagan por Juanito, quien de resultar triunfador renunciará al cargo a favor de Clara Brugada. Marcelo Ebrard, a su vez, aceptará la renuncia y sugerirá a la Asamblea de Representantes del Distrito Federal que aprueben el nombramiento de Clara Brugada. Este galimatías es digno de una buena comedia de enredos protagonizada por Cantinflas o Tin-Tan porque ofrece varias situaciones absurdas:

El Peje, miembro del PRD, pide que en Iztapalapa no se vote por Clara Brugada (PRD) porque a pesar de que en las boletas aparecen su rosto y su nombre, los votos serán para Silvia Oliva (PRD); en lugar de eso hay que votar por Juanito (PT), que antes era militante del PRD, quien en caso de ganar renunciará a favor de Clara Brugada (PRD). ¿Queda claro?

Juanito no se llama así: responde al nombre de Rafael Acosta, apelativo más bien nimio, pero le apodan Juanito porque en su juventud dirigía un equipo infantil de futbol bautizado como “Los Juanitos”. Habrá que esperar los resultados del próximo 5 de julio para saber si Juanito es capaz de hacer la “hombrada”, o si el PRD perderá su bastión político más importante, la demarcación más grande y poblada del D.F.

En lo personal creo que no ganará debido al sino de los Juanes, que se define por haber participado en algún momento o instante histórico, de manera absurda, chusca o accidental, y que otorga cierta fama duradera o warholiana:


1. Juanito Farías (cantante infantil): Apodado el “Campeón sin corona” (sobrenombre que remite a Rodolfo “el Chango” Casanova, otro gran ilustre perdedor nacional). Este muchacho, a pesar de ser favorito para ganar el festival “Juguemos a Cantar”, organizado por Televisa en los años ochenta, se quedó en la “orillita”, “no ganó por un pelito” pero “cayó con la frente en alto”. Ha dejado para la posteridad la pieza “Caballo de palo”, canción de toque navideño-nostálgico (emparentada con Triste Navidad, de Rigo Tovar) sobre cómo se vive la navidad en medio de la pobreza urbana.

2. Juan Bautista Pascacio Escutia y Martínez, conocido como Juan Escutia (héroe mitológico nacional). Joven cadete “agregado” del Colegio Militar que combatió a las tropas estadunidenses en el Castillo de Chapultepec durante la Invasión de 1847. Ha dejado para la posteridad una de los más grandes relatos de la historia oficial, al mismo nivel que el “Pípila” y el “Niño Artillero”: al verse copado por el numeroso invasor, se arropó con el lábaro patrio y se lanzó al vacío, para que la insignia tricolor no cayera en manos del enemigo (nadie le avisó que los gringos no querían la bandera, sino la mitad del territorio nacional). Vendió cara su derrota.

3. Juan José de los Reyes Martínez Amaro (héroe mitológico nacional). Mejor conocido como “El Pípila”, a Juan José se le debe una interpretación muy a la mexicana de los carros blindados ideados por Leonardo D’Vinci, que en el siglo XX llegarían a conocerse como tanques de guerra. Su anhelo de libertad le hizo soportar sobre su espalda una pesada losa de piedra que lo protegió de la tenaz lluvia de balas y pedradas que los gachupines le lanzaron, desde la inexpugnable Alhóndiga de Granaditas, la versión novohispana de la Bastilla. Ha dejado para la posteridad un expresivo ejemplo de los alcances en materia de improvisación y de obtención de resultados cuando se trabaja bajo presión.

4. Juanito 70 (mascota nacional). Imagen de la modernidad mexicana de los años setenta. Vestido con el uniforme tricolor y ataviado con un pesado sombrero de charro, Juanito 70 cambió para siempre el arquetipo mexicano del sombrerudo cubierto con un sarape descansando sobre un nopal.
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Solicitamos a los escasos lectores del presente blog, que nos manden otros Juanitos como los enumerados anteriormente.
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p.d.
Juanito Farías fue tomado de: http://i.ytimg.com/vi/wWlGUKjEeU4/2.jpg

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