Hay equipos que literalmente se juegan la vida en la cancha y aún ganando, pierden. El Dínamo de Kiev, célebre equipo de Ucrania, participó en uno de los partidos más dramáticos de la historia. Luego de la intempestiva invasión alemana a la Unión Soviética, en 1942 los jugadores del Dínamo se enfrentaron a una selección alemana que el mismo Hitler se encargó de formar. Los jugadores ucranianos habían sufrido hambre y penurias; habían visto como la Luftwaffe destruía sus hogares, y contemplaron, aterrados, como las tropas del ejército rojo mataban a quienes se negaban a combatir a los nazis.
Antes del silbatazo inicial los alemanes pusieron en claro las condiciones del partido: si acaso ganaban, morirían. A pesar de su terrible situación y del miedo, los jugadores del Dínamo, a sabiendas de que su destino no sería promisorio dentro de las barracas de algún campo de concentración en Polonia, hicieron lo que más les gustaba en la vida: jugaron futbol con la dignidad que distingue a los grandes equipos y derrotaron a los alemanes.
Esa misma tarde el equipo entero fue fusilado. Todos los jugadores llevaban puestas sus playeras del Dínamo.
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