Felices marchamos hacia la búsqueda de la palabra. En un principio, sentimos el deseo de confrontarnos con la hoja en blanco. Avanzaremos hasta la mitad de su territorio rayado o cuadriculado, sólo para descubrir que, como si camináramos en medio de una jungla o de un gigantesco pantano, el retorno será imposible. Una vez que inicias, atente a las consecuencias de una lucha desigual, de una batalla cruenta, de una guerra innecesaria, sin sentido, contra adversarios tan simples y monótonos llamados letras, que al agruparse forman palabras y se vuelven indestructibles.
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