domingo, septiembre 17, 2006


Felices marchamos hacia la búsqueda de la palabra. En un principio, sentimos el deseo de confrontarnos con la hoja en blanco. Avanzaremos hasta la mitad de su territorio rayado o cuadriculado, sólo para descubrir que, como si camináramos en medio de una jungla o de un gigantesco pantano, el retorno será imposible. Una vez que inicias, atente a las consecuencias de una lucha desigual, de una batalla cruenta, de una guerra innecesaria, sin sentido, contra adversarios tan simples y monótonos llamados letras, que al agruparse forman palabras y se vuelven indestructibles.

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